"En un lugar no muy lejano, sino cercano hay una Wawaqutu, que teje historias con palabras fértiles, con pulsiones suaves. Un remedio capaz de reparar y recuperar cualquier ilusión perdida. Prepárate para descubrir lo inesperado en tu corazón. Presta atención y escucha con el oído del alma… Había una vez...”

martes, 13 de julio de 2010

LA HISTORIA DE FEDERICO EL CRUEL

DE HEINRICH HOFFMANN

¡Federico, Federico era un demonio de chico!
A los bichos, por las malas, les arrancaba las alas.
Mataba pájaros, gatos,
destrozaba sillas, platos;
y su maldad era tanta
que azotó a su nana, Marta.

En la fuente, con afán,
saciaba su sed un can.
Federico, el muy malvado,
lo sorprende descuidado
y, sin pensárselo mucho,
azota al infeliz chucho.

El perro gime y, arisco,
responde con un mordisco.
Federico, el imprudente;
grita y llora amargamente,
hasta que el perro se asusta
y se larga con la fusta.

Federico queda en cama
gime, llora y se desgarra.
Viene el doctor y lo examina:
"pociones amargas", su medicina.

El can, en cambio, se harta
de salchichas y de tarta.
Y antes de seguir camino,
se merienda un buen tocino,
y vigila bien la fusta,
porque el palo no le gusta.

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