"En un lugar no muy lejano, sino cercano hay una Wawaqutu, que teje historias con palabras fértiles, con pulsiones suaves. Un remedio capaz de reparar y recuperar cualquier ilusión perdida. Prepárate para descubrir lo inesperado en tu corazón. Presta atención y escucha con el oído del alma… Había una vez...”

miércoles, 31 de marzo de 2010

POEMAS DE OTOÑO

Aqui les mandamos un link donde van a encontrar poemas infantiles sobre el otoño, algunos están en frances y otros en español...chequeenlo esta ¡¡¡buenisimooooo!!!

domingo, 28 de marzo de 2010

CANCIÓN DE CUNA

Autor: FEDERICO GARCÍA LORCA


Ya te vemos dormida.
Tu barca es de madera por la orilla.

Blanca princesa de nunca.
¡Duerme por la noche oscura!
Cuerpo y tierra de nieve.
Duerme por el alba, ¡duerme!

Ya te alejas dormida.
¡Tu barca es bruma, sueño, por la orilla!


jueves, 25 de marzo de 2010

WAWAQUTU CONTARÁ EN SED



SED… conéctate con el agua

SED es un proyecto artístico que promueve la cultura del agua: una reconexión con la naturaleza para preservar el agua en el mundo y vivir en un mundo de mayor armonía.

SED presentará una creación escénica (danza, hip-hop, movimiento, circo) y una instalación con dibujos, pinturas, cartas y esculturas en la semana del día mundial del agua, el 26 de marzo en el Anfiteatro del Parque de la Exposición a las 6:00 p.m.

200 participantes de 20 grupos* de Lima y el interior del país son los creadores de este único espectáculo donde la música ha sido compuesta a base de piedras y agua y los elementos escénicos están hechos del reciclaje.



LA LLORONA

Había una vez en un tiempo muy lejano o muy cercano, un rico hidalgo dueño de una majestuosa fábrica que se encontraba río abajo.

Este rico hidalgo cortejaba a todas las damicelas del pueblo, hasta que de pronto se enamoró de una pobre y hermosa mujer. Ella no le daba bola, pero después de tanta galantería:aceptó y se casaron.

Ella salió embarazada, pero algó falló. Un día en que tenía mucha SED y estaba en el río, bebió un poco de su agua. Le gustó tanto, que cada vez que estaba cerca al río, bebía. El problema surgió al dar a luz. Tuvo gemelos y ambos nacieron ciegos, con los dedos palmeados porque el hidalgo a espaldas de su mujer había envenenado el rio con los desechos de su fábrica.

El hidalgo le dijo a la Llorona que no la quería ni a ella, ni a sus hijos y se casó con una mujer muy rica, a la que le encantaban los productos de su fábrica. La Llorona, en un ataque de crisis, arrojó a los niños al río para que no tuvieran que sufrir las penalidades de la vida. Inmediatamente, cayó después muerta de pena.

El alma de la Llorona se fue al cielo, pero San Pedro le dijo que no podía entrar a menos que no regresase con las almas de sus hijos. Desde allí, la Llorona busca incesantemente a sus hijos en el río contaminado, pero apenas puede ver algo, pues el agua está muy sucia y oscura.

Ahora su espíritu recorre el fondo del río con sus largos dedos y ella, vaga por las orillas del río llamando sin parar a sus hijos.

lunes, 22 de marzo de 2010

HANS CHRISTIAN ANDERSEN

Había una vez un niño llamado Hans Christian Andersen, hijo de un zapatero que le contaba muchas historias esto le ayudo a que sea muy ingenioso tanto así que cuando crecio se convirtío en un gran escritor de cuentos ... echemosle un vistaso a su vida:



jueves, 18 de marzo de 2010

LA LOBA




Para aquellos que escuchan con el oído del alma...



"Hay una vieja que vive en un escondrijo del alma que todos conocemos pero muy pocos han visto. Como en los cuentos de hadas de la Europa del este, la vieja espera que los que se han extraviado, los caminantes y los buscadores acudan a verla.

Es circunspecta, a menudo peluda y siempre gorda, y, por encima de todo, desea evitar cualquier clase de compañía. Cacarea como las gallinas, canta como las aves y por regla general emite más sonidos animales que humanos.

Podría decir que vive entre las desgastadas laderas de granito del territorio de Tarahumara. O que está enterrada en las afueras de Phoenix en las inmediaciones de un pozo. Quizá la podríamos ver viajando hacia al sur hacia Monte Albán en un viejo cacharro con el cristal roto por un disparo. O esperando al borde de la autovía cerca de El Paso o desplazándose con unos camioneros a Morelia, México, o dirigiéndose al mercado de Oaxaca, cargada con unos haces de leña integrados por ramas de extrañas formas. Se le conoce con distintos nombres: La Huesera, La Trapera y La Loba.

La única tarea de La Loba consiste en recoger huesos. Recoge y conserva sobre todo lo que corre peligro de perderse. Su cueva está llena de huesos de todas las criaturas del desierto: venados, serpientes de cascabel, cuervos. Pero su especialidad son los lobos.

Se arrastra, trepa, recorre las montañas y loCursivas arroyos en busca de huesos de lobo y, cuando ha juntado un esqueleto entero, cuando el último hueso está en su sitio y tiene antes sus ojos la hermosa escultura blanca de la criaturaCursiva, se sienta junto al fuego y piensa qué canción va a cantar.

Cuando ya lo ha decidido, se sitúa al lado de la criatura, levanta los brazos sobre ella y se pone a cantar. Entonces los huesos de las costillas y los huesos de las patas del lobo se cubren de carne y a la criatura le crece el pelo. La Loba canta un poco más y la criatura cobra vida y su fuerte y peluda cola se curva hacia arriba.

La Loba sigue cantando y la criatura lobuna empieza a respirar.


La Loba canta con tal intensidad que el suelo del desierto se estremece y, mientras ella canta, el lobo abre los ojos, pega un brinco y escapa corriendo cañón abajo.

En algún momento de su carrera, debido a la velocidad o a su chapoteo en el agua del arroyo que está cruzando, a un rayo del sol o a un rayo de luna que le ilumina directamente el costado, el lobo se transforma de repente en una mujer que corre libremente hacia el horizonte, riéndose a carcajadas.

Recuerda que, si te adentras en el desierto y está a punto de ponerse el sol y quizá te has extraviado un poquito y te sientes cansada, estás de suerte, pues bien pudiera ser que le cayeras en gracia a La Loba y ella te enseñara una cosa... una cosa el alma.
Del libro: "Mujeres que corren con los Lobos" de Clarissa Pinkola Estés.