"En un lugar no muy lejano, sino cercano hay una Wawaqutu, que teje historias con palabras fértiles, con pulsiones suaves. Un remedio capaz de reparar y recuperar cualquier ilusión perdida. Prepárate para descubrir lo inesperado en tu corazón. Presta atención y escucha con el oído del alma… Había una vez...”

miércoles, 28 de abril de 2010

ALMA


Un cortito de suspenso nunca cae mal, agarren su canchita y no pongan cerca una muñeca ¿por qué? mmm porque la curiosidad mata al gato.

ALMA es un cortometraje de animación 3D, ganadora de varios premios en el 2009, dirigido por Rodrigo Blaas de quien dicen que realizo este corto para hacerle entender a su hija que al desear tanto algún objeto "literalmente" le entregas el alma.

sábado, 24 de abril de 2010

CAJA DE LUZ - 2DO ANIVERSARIO






Como la Cajita esta de fiesta, las Wawaqutus lo celebramos como debe ser.. así que vamos a estar si o si pa´ contar lindas historias!!

Aquí les dejamos una en homenaje a nuestras amigas Caja de Luz!!


LA LUZ ES COMO EL AGUA

de Gabriel Garcia Marquez

-De acuerdo -dijo el papá, lo compraremos cuando volvamos a Cartagena.
Totó, de nueve años, y Joel, de siete, estaban más decididos de lo que sus padres creían.

-No -dijeron a coro-. Nos hace falta ahora y aquí.
-Para empezar -dijo la madre-, aquí no hay más aguas navegables que la que sale de la ducha.
Tanto ella como el esposo tenían razón. En la casa de Cartagena de Indias había un patio con un muelle sobre la bahía, y un refugio para dos yates grandes. En cambio aquí en Madrid vivían apretados en el piso quinto del número 47 del Paseo de la Castellana. Pero al final ni él ni ella pudieron negarse, porque les habían prometido un bote de remos con su sextante y su brújula si se ganaban el laurel del tercer año de primaria, y se lo habían ganado. Así que el papá compró todo sin decirle nada a su esposa, que era la más reacia a pagar deudas de juego. Era un precioso bote de aluminio con un hilo dorado en la línea de flotación.
-El bote está en el garaje -reveló el papá en el almuerzo-. El problema es que no hay cómo subirlo ni por el ascensor ni por la escalera, y en el garaje no hay más espacio disponible.
Sin embargo, la tarde del sábado siguiente los niños invitaron a sus condiscípulos para subir el bote por las escaleras, y lograron llevarlo hasta el cuarto de servicio.
-Felicitaciones -les dijo el papá ¿ahora qué?
-Ahora nada -dijeron los niños-. Lo único que queríamos era tener el bote en el cuarto, y ya está.
La noche del miércoles, como todos los miércoles, los padres se fueron al cine. Los niños, dueños y señores de la casa, cerraron puertas y ventanas, y rompieron la bombilla encendida de una lámpara de la sala. Un chorro de luz dorada y fresca como el agua empezó a salir de la bombilla rota, y lo dejaron correr hasta que el nivel llego a cuatro palmos. Entonces cortaron la corriente, sacaron el bote, y navegaron a placer por entre las islas de la casa.
Esta aventura fabulosa fue el resultado de una ligereza mía cuando participaba en un seminario sobre la poesía de los utensilios domésticos. Totó me preguntó cómo era que la luz se encendía con sólo apretar un botón, y yo no tuve el valor de pensarlo dos veces.
-La luz es como el agua -le contesté: uno abre el grifo, y sale.
De modo que siguieron navegando los miércoles en la noche, aprendiendo el manejo del sextante y la brújula, hasta que los padres regresaban del cine y los encontraban dormidos como ángeles de tierra firme. Meses después, ansiosos de ir más lejos, pidieron un equipo de pesca submarina. Con todo: máscaras, aletas, tanques y escopetas de aire comprimido.
-Está mal que tengan en el cuarto de servicio un bote de remos que no les sirve para nada -dijo el padre-. Pero está peor que quieran tener además equipos de buceo.
-¿Y si nos ganamos la gardenia de oro del primer semestre? -dijo Joel.
-No -dijo la madre, asustada-. Ya no más.
El padre le reprochó su intransigencia.
-Es que estos niños no se ganan ni un clavo por cumplir con su deber -dijo ella-, pero por un capricho son capaces de ganarse hasta la silla del maestro.
Los padres no dijeron al fin ni que sí ni que no. Pero Totó y Joel, que habían sido los últimos en los dos años anteriores, se ganaron en julio las dos gardenias de oro y el reconocimiento público del rector. Esa misma tarde, sin que hubieran vuelto a pedirlos, encontraron en el dormitorio los equipos de buzos en su empaque original. De modo que el miércoles siguiente, mientras los padres veían El último tango en París, llenaron el apartamento hasta la altura de dos brazas, bucearon como tiburones mansos por debajo de los muebles y las camas, y rescataron del fondo de la luz las cosas que durante años se habían perdido en la oscuridad.

En la premiación final los hermanos fueron aclamados como ejemplo para la escuela, y les dieron diplomas de excelencia. Esta vez no tuvieron que pedir nada, porque los padres les preguntaron qué querían. Ellos fueron tan razonables, que sólo quisieron una fiesta en casa para agasajar a los compañeros de curso.
El papá, a solas con su mujer, estaba radiante.
-Es una prueba de madurez -dijo.
-Dios te oiga -dijo la madre.


El miércoles siguiente, mientras los padres veían La Batalla de Argel , la gente que pasó por la Castellana vio una cascada de luz que caía de un viejo edificio escondido entre los árboles. Salía por los balcones, se derramaba a raudales por la fachada, y se encauzó por la gran avenida en un torrente dorado que iluminó la ciudad hasta el Guadarrama.
Llamados de urgencia, los bomberos forzaron la puerta del quinto piso, y encontraron la casa rebosada de luz hasta el techo. El sofá y los sillones forrados en piel de leopardo flotaban en la sala a distintos niveles, entre las botellas del bar y el piano de cola y su mantón de Manila que aleteaba a media agua como una mantarraya de oro. Los utensilios domésticos, en la plenitud de su poesía, volaban con sus propias alas por el cielo de la cocina. Los instrumentos de la banda de guerra, que los niños usaban para bailar, flotaban al garete entre los peces de colores liberados de la pecera de mamá, que eran los únicos que flotaban vivos y felices en la vasta ciénaga iluminada. En el cuarto de baño flotaban los cepillos de dientes de todos, los preservativos de papá, los pomos de cremas y la dentadura de repuesto de mamá, y el televisor de la alcoba principal flotaba de costado, todavía encendido en el último episodio de la película de media noche prohibida para niños.
Al final del corredor, flotando entre dos aguas, Totó estaba sentado en la popa del bote, aferrado a los remos y con la máscara puesta, buscando el faro del puerto hasta donde le alcanzó el aire de los tanques, y Joel flotaba en la proa buscando todavía la altura de la estrella polar con el sextante, y flotaban por toda la casa sus treinta y siete compañeros de clase, eternizados en el instante de hacer pipí en la maceta de geranios, de cantar el himno de la escuela con la letra cambiada por versos de burla contra el rector, de beberse a escondidas un vaso de brandy de la botella de papá. Pues habían abierto tantas luces al mismo tiempo que la casa se había rebosado, y todo el cuarto año elemental de la escuela de San Julián el Hospitalario se había ahogado en el piso quinto del número 47 del Paseo de la Castellana. En Madrid de España, una ciudad remota de veranos ardientes y vientos helados, sin mar ni río, y cuyos aborígenes de tierra firme nunca fueron maestros en la ciencia de navegar en la luz.

viernes, 23 de abril de 2010

FELIZ DÍA MUNDIAL DEL IDIOMA ESPAÑOL

Don Quijote soy,
y mi profesión la de andante caballería.
Son mis leyes, el deshacer entuertos,
prodigar el bien y evitar el mal.
Huyo de la vida regalada, de la ambición y la hipocresía, y busco para mi propia gloria la senda más angosta y difícil.
¿Es eso, de tonto y mentecato?.


SUEÑO IMPOSIBLE

Músical "El Hombre de la Mancha"

Con fe lo imposible soñar
al mal combatir sin temor
triunfar sobre el miedo invencible
en pie soportar el dolor

Amar la pureza sin par
buscar la verdad del error
vivir con los brazos abiertos
creer en un mundo mejor

Es mi ideal
la estrella alcanzar
no importa cuan lejos
se pueda encontrar
luchar por el bien
sin dudar ni temer
y dispuesto al infierno llegar si lo dicta el deber

Y yo sé
que si logro ser fiel
a mi sueño ideal
estará mi alma en paz al llegar
de mi vida el final

Será este mundo mejor
si hubo quien despreciando el dolor
combatió hasta el último aliento

Con fé lo imposible soñar
y la estrella alcanzar

miércoles, 21 de abril de 2010

CUENTO INDIO DE LA TRIBU LAKOTA



Cómo el Cervatillo Recibió Su Camisa Moteada

Traducción de Cheryl Harleston


Tawíyela estaba muy nerviosa y trastornada. Ella buscaba por aquí y por allá el peligro escondido en las sombras de los cerezos silvestres y los retoños de sauce a lo largo del lecho del riachuelo. Tachínchala, su bebé, apenas tenía unos cuantos minutos de nacido, y el corazón de Tawíyela latía tan fuerte como un tambor de guerra, preocupada por él. Su esposo, Tájcha, también vigilaba, observando lo más que podía desde el acantilado, cuidando a su familia abajo.

"Oh Gran Creador, deseo sinceramente en mi corazón una manera de proteger a mi cervatillo recién nacido," suplicó la madre, mientras lavaba a su bebé con la lengua. "Tú les ha dado a todos los padres de las criaturas de esta tierra algún tipo especial de protección para sus bebés cuando nacen. El bebé del búfalo puede correr inmediatamente y ocultarse entre sus padres, tías, tíos y primos en el círculo interior seguro de la manada. Lo mismo puede decirse de los grandes alces, cuyas abuelas suenan la alarma y arrastran incluso a los muy jóvenes a la seguridad. Las ovejas tienen pequeños que puede correr al acantilado más alto casi tan pronto como nacen. Y el bebé del antílope es tan ligero de pie que puede huir con su madre del peligro casi antes de que ella termina de lavar su cara.

Mi esposo y yo tememos por nuestro propio bebé, pues no tiene tales habilidades. El y yo podemos correr y saltar huyendo de cualquier amenaza, pero nuestro hijo es débil y de patas tambaleantes, y no tiene fortaleza para salir corriendo. Oh Gran Creador de todas las criaturas, por favor escucha nuestra súplica y danos alguna manera para salvar a nuestro hijo de quienes quieren convertirlo en comida."

Con esto, el Creador de todas las cosas detuvo lo que estaba haciendo y bajó a la tierra para ver qué podía hacer. Su corazón se había conmovido por los rezos sinceros de la madre ciervo y decidió acoger su pedido.

Se apareció como un gran viento que ahuyentó a todos los depredadores que habían estado escondidos en las sombras. Fueron enviados lejos para que no pudieran ver ni oír ni saber de ninguna forma qué plan idearía el Creador para ayudar a la familia ciervo a proteger a su bebé.

Entonces llamó a Tawíyela y Tájcha y se paró sobre el pequeño Tachínchala, quien acababa de caer en una mata de bayas. "Este bebé ciertamente necesita ayuda," dijo el Creador. "Esto es lo que haremos. Tráiganme una piel de ante que sea tan suave como pluma de ganso. Tráiganme sus botes de pintura y también todas sus bolsas de pigmento en polvo."

El ciervo padre brincó por los árboles para reunir todos los artículos que solicitaba el Creador, mientras que la madre se quedó resguardando a su bebé. El Creador se inclinó sobre el pequeño bebé que yacía tendido a sus pies. Tomó un inhalación profunda y luego exhaló con fuerza. Los árboles se mecieron con el aliento del Creador. Luego tomó otra inhalación más profunda aún, tan profunda y tan poderosa que aspiró todo el olor de la piel del cervatillo. Ni una sola hoja tembló en el Gran Silencio del Creador, y ni siquiera una brisa minúscula de su aliento volvió a salir de su boca.

Tájcha corrió veloz a través de las cañas del sauce, abriéndose camino entre las ramas secas al lado de los pinos en su urgencia por traer al Creador lo que había pedido. La piel de ante estaba atada alrededor de su cuello, y sus ollas de pintura y bolsas de pigmento en polvo estaban atadas a su rabo, pues sus astas todavía no habían brotado lo suficiente y por lo tanto no podían hacer el trabajo. Ofreció los artículos con gran respeto al Creador, cantando conforme lo hacía una pequeña plegaria de gracias. "Pilámayaye, Wakán Tanka," cantó. "Pilámayaye, Wakán Tanka."

El Creador de todo el cielo y la tierra midió al bebé con su gran mano. Entonces tomó un pedazo de piedra de la tierra a su lado y cortó la mullida piel de ante al tamaño. Le indicó a Tawíyela que cortara algunas tiras y le pidió que atara los costados, mientras mezclaba los pigmentos cuidadosamente en las ollas. Tomó un poco de negro del carbón de muchos fuegos, un poco de café de la tierra, un poco de blanco del saquillo del padre, añadiendo un poco de amarillo cremoso y una pizca de rojo sagrado.

Entonces el Gran Pintor dio unos golpecitos con estas pinturas sobre la camisa del bebé. Cuando terminó, pidió a la madre que metiera la camisa sobre la cabeza del bebé para cubrir su dorso y sus costados. "Asegúrense de que sus hijos e hijas vistan esta camisa de ahora en adelante," dijo el Creador, "e indíquenles que se queden tranquilos en dondequiera que los pongan, sin moverse ni hacer ruido. Mientras ellos obedezcan sus instrucciones estarán seguros, pues ahora son invisibles para quienes rondan en el bosque, y no tienen olor alguno que los delate ante sus enemigos."

Y por eso el cervatillo viste una camisa moteada hasta que es lo bastante grande y fuerte para que los lobos no se lo puedan comer.



Dibujo: Amelia Pisaca

lunes, 19 de abril de 2010

histoRIEtas


Alberto Gosálvez es un niño que hace historietas geniales ¡¡¡Compartimos con ustedes su trabajo!!!

jueves, 15 de abril de 2010

CÓMO HAS CAMBIADO PELONA


Cómo has cambiado, pelona,
cisco de carbonería.
Te has vuelto una negra mona
con tanta huachafería.

Te cambiaste las chancletas
por zapatos taco aguja,
y tu cabeza de bruja
la amarraste con peinetas.
Por no engordar sigues dietas
y estás flaca y hocicona.
Imitando a tu patrona
has aprendido a fumar.
Hasta en el modo de andar
cómo has cambiado, pelona.

Usas reloj de pulsera
y no sabes ver la hora.
Cuando un negro te enamora
le tiras con la cartera.
¡Qué...! ¿También usas polvera?
permite que me sonría
¿Qué polvos se pone usía?:
¿ocre? ¿rosado? ¿rachel?
o le pones a tu piel
cisco de carbonería.

Te pintaste hasta el meñique
porque un blanco te miró
«¡Francica, botá frifró
que son comé venarique...!»
Perdona que te critique,
y si me río, perdona.
Antes eras tan pintona
con tu traje de percala
y hoy, por dártela de mala
te has vuelto una negra mona.

Deja ese estilo bellaco,
vuelve a ser la misma de antes.
Menos polvos, menos guantes,
menos humo de tabaco.
Vuelve con tu negro flaco
que te adora todavía
Y si no, la policía
te va a llevar de la jeta
por dártela de coqueta
con tanta huachafería.

Poema de Nicomedes Santa Cruz
Ilustración : Valérie Moigne "Miss Tigri"

martes, 13 de abril de 2010

WAWAQUTU EN PLAZA NORTE


Este domingo 18 de abril déjanos contarte un cuento. Reúne a toda tu familia y chapa tu combi, sube a tu carro, toma tu taxi, si eres pro ecología sube a tu bicla, trepa a tu skate, desempolva los patines transpórtate como quieras, pero llega a las 4 en punto de la tarde a PLAZA NORTE en la galería sur donde esta el ZETA bookstore y CAFETAL y encontrarás a las WAWAQUTU.

Ese día lo más increíble es que, aparte de escuchar maravillosos cuentos, ¡¡¡¡tendrás la oportunidad de comprar libros desde 9 SOLES y cualquier Café a 2 x 1!!!

¡¡¡TE ESPERAMOS!!!


Fotografía: CAJA DE LUZ

sábado, 10 de abril de 2010

DELIVERY

Había una vez un señor que vivía en un lugar desolado donde las fabricas eran más importantes que la naturaleza un día le llego a su casa una cajita con la que pudo mejorar su espacio... Delivery es un corto de animación digital sin dialogos, que nos sensibilizar por la forma que evidencia como estamos destruyendo el planeta con tantas fabricas y la poca importancia que le damos a la naturaleza.
¡¡¡Denle una ojeada!!!

jueves, 8 de abril de 2010

CUENTO AFRICANO

EL ESPIRITU DEL ARBOL

Había una vez, una muchacha cuya madre había muerto y que tenía una madrastra que era muy cruel con ella. Un día en que la muchacha estaba llorando junto a la tumba de su madre, vio que la tierra de la tumba salía un tallo que había crecido hasta hacerse un arbolillo y pronto un gran árbol. El viento, que movía sus hojas, le susurró a la muchacha y le dijo que su madre estaba cerca y que ella debía comer las frutas del árbol. La muchacha así lo hizo y comprobó que las frutas eran muy sabrosas y le hacían sentirse mucho mejor. A partir de entonces, todos los días iba a la tumba de su madre y comía de los frutos del arbol que había crecido sobre ella.

Pero un día, su madrasta le vió y le pidió a su marido que talara el árbol. El marido lo taló y la muchacha lloró durante mucho tiempo junto a su tronco mutilado, hasta que un día, oyó un cuchicheo y vió que algo crecía de la tumba. Creció y creció hasta convertirse en una hermosa calabaza. Había un agujero en ella del de caían gotas de un jugo. La muchacha lamió unas gotas y las encontró muy ricas, pero de nuevo su madrastra se enteró pronto y, una noche oscura, cortó la calabaza y la arrojó lejos. Al día siguiente, la muchacha vió que no estaba la calabaza y lloró y lloró hasta que de pronto, oyó el rumor de un riachuelo que le decía "Bébeme, bébeme". Ella bebió y comprobó que era muy refrescante. Pero un día, la madrasta lo vió y pidió al marido que cubriera el arroyo con tierra. Cuando la muchacha regresó a la tumba, vió que ya no estaba el el riachuelo y ella lloró y lloró.

Llevaba mucho tiempo llorando, cuando un hombre joven salió del bosque. Él vio el árbol muerto y pensó que era justo lo que él necesitaba para fabricar un nuevo arco y flechas, ya que él era un cazador. Habló con la muchacha quien le dijo que el árbol había crecido en la tumba de su madre. La muchacha le gustó mucho al cazador y tras hablar con ella fue donde su padre para pedirle permiso para casarse con ella.

El padre consintió a condición de que el cazador matara una docena de búfalos para la fiesta de la boda. El cazador nunca había matado más de un búfalo de una sola vez. Pero esta vez, tomando su nuevo arco y flechas, se dirigió al bosque, y pronto vió una manada de búfalos que descansan en la sombra. Poniendo una de sus nuevas flechas en el arco, disparó y un búfalo cayó muerto. Y luego, un segundo, un tercero, y así hasta doce. El cazador regresó a decirle al padre que mandara hombres para llevar la carne a la aldea. Se hizo una gran fiesta cuando el cazador se casó con la muchacha que había perdido a su madre.



Ilustración: CHALO, Dibujos e Ilustraciones

miércoles, 7 de abril de 2010

EL VIAJE DE SAID

Había una vez un niñito marroquí que soñaba con cruzar el estrecho donde supuestamente existe un país que cumplen todos los sueños pero al viajar se da cuenta que esto realmente no es así... veamos esta hermosa historia donde se nos plantea, sin caer en lo moralista, los hechos, factores y situaciones que rodea los sueños puros de los inmigrantes y la cruda oposición que enfrentan.

El viaje de Said, es un cortometraje musical de animación de plastilina, dirigido por Coke Rioboó que ha sido galardonado con el Goya al Mejor Corto de Animación 2007. Este trabajo realizado por Jazzy Producciones, en colaboración con la empresa canaria Tembleque Producciones y el apoyo del Gobierno de Canarias.


viernes, 2 de abril de 2010

Ch’askamantawan maqt’amantawan - La Estrella y el Joven

CUENTO EN QUECHUA DE UN NIÑO DE 11 AÑOS
Comunidad Campesina de Pampallacta
(Provincia de Calca, Departamento de Cusco, Perú)


Huk maqt’as puntata risqa. Chaysi chaypis ch’askawan tupasqaku. Maqt’awan ch’askawan tiyapusqaku. Pasapusqa ch’askaqa manan maqt’awan tiyayta munasqa. Waqayuspa tiyakusqa maqt’a. «Ch’aska haykumunmanchu?» nispa nisqa maqt’aqa. Chayllamansi kunturqa larunman tiyayurusqa. Chaysi «nuqa q’ipirusayki siluman» nispa kuntur. Maqt’aqa «ya» nisqa. Chayqa q’ipisqa kuntur siluman. Chayqa inlishamanta lluqsimushasqaku ch’askakuna. Mana maqt’aqa mayqintapas riqsisqachu. «Mayqintaq yanay kanman?» nisqa kunturta tapuykusqa. «Ultimo lluqsimuyta hap’iykunki» nispa nisqa. Chayqa hap’isqa maqt’aqa ch’askata. Chaysi kunturqa q’ipiyampullasqataq silumanta. Chaysi ch’aska iskaparapusqa maqt’amanta. Chaysi maqt’aqa waqayullasqataq. Chaysi mamitanman haykupusqa maqt’aqa. Chayqa «maytaq chay yanaykiri?» nisqa mamitan. Chayqa «iskaparuwanmi» nisqa maqt’a. Chayqa «rillawaqtaq?» nisqa mamitanqa maqt’ata. Chayqa «manaña riymanchu» nisqa maqt’aqa. Ch’aska siluman siqarapullasqataq. Chayqa ch’aska silupi tiyapun. Chayllapi tukupun.
Autor: Jesús QUISPE CRUZ.
(11 watayuq, primaria nisqaq tawañiqin watanpi - Octubre killapi 1998 watapi)


LA ESTRELLA Y EL JOVEN

Un joven se había ido a la punta del cerro. Allí se encontró con una estrella y se quedaron juntos. Después de un tiempo, la estrella se fue porque no quería quedarse con el joven. Este se quedó llorando preguntándose «¿bajará mi estrella?». Entonces un cóndor vino a posarse a su lado y le dijo «yo te voy a cargar hasta el cielo». El joven aceptó y el cóndor lo llevó al cielo. De la iglesia del cielo estaban saliendo muchas estrellas. El joven no reconocía cuál de ellas era la suya y le preguntó al cóndor «¿cuál será mi enamorada?». Este le dijo «coge a la última que salga». Entonces el joven cogió a la última estrella y el cóndor los cargó del cielo hacia la tierra. Pero nuevamente la estrella se escapó del joven y éste se puso otra vez a llorar, por lo que bajó a donde su mamá. Esta le preguntó «¿dónde está tu enamorada?». «Se me ha escapado» le dijo el joven. «¿Vas a ir de nuevo a buscarla?» le preguntó su mamá. «Ya no voy a ir» le contestó. La estrella se había vuelto a ir al cielo donde se quedó a vivir.

Autor: Jesús QUISPE CRUZ.
(11 años, cuarto grado de primaria - Octubre killapi 1998 watapi)

Este cuento ha sido extraído de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
Ilustración de ANDREAGA